Las normas ASTM definen la trabajabilidad como "la propiedad que determina el esfuerzo necesario para manipular una cantidad de hormigón recién mezclado con una pérdida mínima de homogeneidad". Por lo tanto, es una propiedad que refleja la facilidad con la que el hormigón fresco puede ser mezclado, transportado, vertido, compactado y terminado sin segregación. Hay muchos factores que pueden influir en la trabajabilidad: el contenido de agua, el contenido y el tipo de cemento, los aditivos, la granulometría y el tipo de árido.